ANALISIS: Animal Man. Grant Morrison
- Julio Paz
- 16 abr 2017
- 3 Min. de lectura

¿Quién dijo que los superhéroes son estúpidos, aburridos, tontos, misóginos, visten ropas ajustadas, dicen frases malas de películas de “clase V” y que solo sirven para pelearse entre ellos (habitualmente sin motivo aparente)?
Si alguna vez alguien pensó en esto, está equivocado. Los superhéroes son solo personajes ficticios y si las historias a contar son aburridas, insípidas y para bobos (o si tienen alguna otra falencia), la culpa es del guionista, que como todo ser humano, refleja (expresa) lo que piensa o siente. Toda buena o interesante historia (ya sea en comics, cuentos o novelas) para que se precie de tal, debe insinuar, “dejar algo”, hacer pensar al lector y que participe de la historia con su imaginación.
Animal Man resultó ser una vez más la excepción a todo lo estipulado hasta ese entonces. Cuando apareció el primer número (allá por el ‘88), desde “el vamos” se evidenciaba que este comic no iba a ser uno más “del montón”. Grant Morrison, su guionista (“El malvado cerebro entre bastidores”) supo aprovechar a varios personajes perdidos (“olvidados” sería la palabra apropiada) y abandonados en el limbo [editorial] porque hasta el momento nadie sabia que hacer con esos personajes. Vale destacar que el hecho de “rescatar” personajes viejos va a ser una constante en la producción de este guionista galés (ferviente admirador de John Broome, Gardner Fox y Carmine Infantino, entre otros)
Según su numeración original, el primer número de la etapa Morrison apareció en Septiembre de 1988. La Crisis [en Tierras Infinitas] había terminado. Lectores adolescentes ya habían leído con asombro como morían y desaparecían muchos mundos y sus héroes. Y los lectores mas adultos (veinteañeros, por no decir “treintañeros”) vieron cuadrito a cuadrito como se masacraba a la inocencia.
A partir de la “Crisis....” las posibilidades de poder rediseñar y remoldear personajes eran infinitas (siempre y cuando que se logre convencer al editor y a los estúpidos de turno). Superman, Batman, Flash, Wonder Woman, por dar algunos ejemplos, tuvieron su liffting editorial, pero quien más impactó número tras número fue Animal Man, por dos motivos a saber:
1. Las portadas de Brian Bolland
2. Los guiones de Grant Morrison donde cada secuencia (o viñeta) estaba delicadamente orquestada.
Morrison guionizó 26 números (27 en total si tomamos en cuenta un Secret Origin) y nuevamente el superhéroe se veía forzado a tener que serlo (el 1ro en hacerlo fue el Spiderman de Lee y Ditko), pero nuestro héroe en cuestión -Animal Man- tenía la particularidad de preferir razonar antes que pelear. También hay otros rasgos que servirían para diferenciarlo de sus compatriotas:
* Animal Man no tiene identidad secreta (solo es un vecino con super poderes)
* Es un padre de familia [Perdón, pero.... cuantos superhéroes hay que son padres de familia? Alguien por ahí dijo “Tom Strong”?]
* Es vegetariano y pacifista activista, además de ser un abierto defensor de los derechos del animal. Es más: teme el estar haciendo el ridículo con un traje ajustado y usa una campera para ocultarse

Con que nos encontramos a leer el Animal Man de Morrison?
Dentro de esta etapa “Morrisoniana” se podían leer historias que podrían parecer inverosímiles para el público, pero todo magistralmente calculado y diagramado por el guionista (como una partida de ajedrez de 24 páginas que se realizaba en la mente del lector).
La historias eran tan variadas como la matanza de ballenas y delfines, el apartheid, extraterrestres otorgadores de poderes, malos de turno que quieren recuperar el tiempo perdido, citas de Edgar A. Poe, experimentos con monos y otros animales hechos por empresas multinacionales, homenajes a Lewis Caroll, viajes en el tiempo, experiencias químicas con alucinógenos naturales, frases de Aleister Crowley, desfragmentación de la realidad, personajes de historietas que toman conocimiento de lo que [literalmente] son, etc, etc, etc. Pero sobre todo, lo que mas atraía, “el gancho”, era la amenaza latente del regreso de la crisis - después de la crisis (“La Segunda Crisis”, como oportunamente se la llamó).
El dibujo, a cargo de Chas Troug y de Doug Hazlewood (y en algunas ocasiones con la colaboración de Tom Grummet y Steve Montano) era simple y agilizaba su lectura, porque lo que mas importaba eran los guiones.
¿Que ocurría número a número?
Demasiado por hoy no creen? Todas las semanas voy a ir analizando por numero o arco argumental, todo lo escrito por El gran Escoces a cargo de Animal man! NOS VEMOOOOSSS...
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